Yemas de Santa Teresa
- barakalberto
- 9 nov 2017
- 2 Min. de lectura

Las Yemas de Santa Teresa es el dulce más típico de Ávila. La popularidad de este dulce lo ha convertido en la actualidad en una especie de souvenir ligado a esta ciudad. Su aspecto en forma de pequeñas bolas de color naranja y expuestas en una tartaleta de papel se han hecho muy populares. Se llaman así en honor a Santa Teresa de Jesús.
Este delicado dulce, elaborado únicamente con yema de huevo y azúcar, se redondea a mano formando pequeñas esferas de aproximadamente 2 cm. de diámetro, haciendo que cada una de ellas sea única y distinta a las demás, colocándolas en su correspondiente tartaleta de papel.
Hace más de 150 años, en una pequeña confitería artesana de la ciudad de Ávila, D. Isabelo Sánchez creó las primeras y auténticas Yemas de Santa Teresa, denominándolas así en honor a Santa Teresa de Jesús.
Desde su origen, en 1860 en la pastelería “La Dulce Avilesa” hasta hoy, en ese mismo obrador convertido en Centro Gastronómico y que se denomina actualmente “La Flor de Castilla”, se pueden degustar estas yemas elaboradas artesanalmente, siguiendo la receta tradicional que se ha transmitido de padres a hijos durante generaciones.

Ingredientes:
Para 26 unidades
12 Yemas de huevo.
Agua 100 ml.
Azúcar 200 gr.
Piel de limón (sin la parte blanca).
Azúcar glasé para rebozar.
Cómo hacer yemas de Santa Teresa:
Dificultad: Media
Tiempo total 1 h.
Elaboración 15 m.
Cocción 45 m.
Reposo 4 h.

1) Ponemos el agua, la piel de limón y el azúcar en un cazo al fuego y cocemos a fuego medio hasta conseguir un almíbar a punto de hebra fina. Podemos usar un termómetro para comprobar el punto, que será cuando el almíbar alcance 105 ºC. Si no tenemos termómetro retiramos el cazo del fuego antes de que el almíbar tome color.
2) En un recipiente hondo batimos las yemas y las pasamos por un colador. Vertemos el almíbar lentamente sobre las yemas, que caiga en un hilo fino, y batimos con unas varillas metálicas al tiempo que ligamos la mezcla. Cuando hayamos terminado pasamos la mezcla a un cacito y cocemos a fuego suave sin dejar de batir hasta que la mezcla espese y se despegue de las paredes. Esto puede llevar unos 30 minutos, así que no hay que desesperar.


3) Una vez lista la mezcla, la pasamos a un recipiente limpio y la dejamos enfriar por completo antes de bolear con suavidad (es una masa muy delicada) y rebozar en azúcar glasé. Para que la mezcla no se nos pegue a las manos conviene engrasarlas con aceite vegetal de vez en cuando. De lo contrario la tarea resultará complicada. Introducimos las bolas en cápsulas de papel y las guardamos en la nevera hasta el momento de servir.
Es muy probable que para quienes tienen afición al dulce cualquier momento sea bueno para disfrutar de las yemas de Santa Teresa. No obstante recomendamos servirlas como petit four junto con el café o la infusión de después de comer. Son el equilibrio perfecto a las tradicionales bebidas de la sobremesa.

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