Crema de cacao con avellanas o Nutella casera
- barakalberto
- 21 ene 2018
- 3 Min. de lectura

Esta crema de cacao y avellanas o Nutella casera es una auténtica delicia, porque además de sencilla de preparar, puedes adaptarla a tu gusto y el aroma que desprende y su sabor son tan potentes que ya no vas a querer comprarla industrial. Es más saludable en el sentido de que controlamos los ingredientes que incluye, pero aún así hay que tomarla con mesura, aunque ¿quién se resiste a probarla directamente con cuchara?
Acostumbrados al discreto y habitual placer de la Nocilla, el Pralín de Zahor, el añorado Tulicrem y otros sucedáneos de crema de chocolate y avellanas, los españoles alucinamos en colores cuando Nutella desembarcó en nuestros supermercados a finales de los años 90.
Vale que somos de gustos adquiridos y en nuestra encuesta Nocilla vs. Nutella gana la primera, pero si a ti lo que te gusta de tales cremas es el sabor a fruto seco, la realidad de la mítica canción de “leche, cacao, avellanas y azúcar” es que la entrañable Nocilla tan sólo lleva un pírrico 4% de avellanas frente al 13% de su competidora italiana.

En realidad, ambas se inspiran en la receta de la gianduia piamontesa, una crema de chocolate y pasta de avellanas inventada en Turín durante las guerras napoleónicas debido al desabastacimiento de cacao. Esta crema, utilizada habitualmente como relleno de bombones, lleva entre un 30% y un 50% de avellanas, y es la que vamos a emular aquí en versión de andar por casa, evitando los aceites de palma y las ingentes cantidades de azúcar que suelen llevar estos productos.
No usaremos más azúcar que el presente en la tableta de chocolate negro, y la grasa provendrá únicamente de los frutos secos, la manteca de cacao y una cucharada de aceite vegetal de sabor suave (oliva, girasol o mejor aún, avellana) que ayudará a facilitar el triturado. Si tostamos nosotros mismos las avellanas podremos incluso obviar ese ayuda extra, porque recién asadas y aún calientes soltarán con más alegría sus aceites naturales.
Aunque la suavidad de la textura final dependerá de la potencia de nuestro aparato triturador, el resultado será bárbaro en cualquiera de los casos. Con una pizca de vainilla, la crema sabe sorprendentemente parecida a la Nutella, pero podéis innovar y usar chocolate de sabores (naranja o menta) o añadir café en polvo, genjibre u otras especias e incluso cambiar el fruto seco principal por unas almendras, por ejemplo. También se puede sustituir el chocolate fundido por 3 cucharadas de cacao puro en polvo, pero entonces quedará un poco más seca a no ser que añadáis algún endulzante viscoso como sirope de agave o miel.
Al no llevar leche ni ningún otro tipo de ingrediente perecedero, no hace falta guardar la crema en la nevera y aguantará perfectamente al menos dos semanas. O más, pero la verdad es que nunca me ha sobrado más allá de esos días. Se puede usar para untar en el pan, como relleno de repostería, para mezclar con nata montada a modo de mousse o para meter el dedo en el bote y chupártelo sin rubor.

Ingredientes:
(Para 300 gr.)
150 g de avellanas tostadas o crudas.
150 g de chocolate negro (mínimo 50% de cacao).
Una pizca de sal.
Unas gotas de esencia de vainilla o media vaina de vainilla fresca raspada.
1 cucharada de aceite de avellanas.
1 cucharada de aceite de coco (opcional).
Preparación:
Si las avellanas están crudas, hay que tostarlas en la bandeja del horno a 180 ºC con calor arriba y abajo durante 12-15 minutos. A continuación y cuando estén templadas, quitar las pielecillas lo mejor posible y continuar con la receta.
Triturar las avellanas tostadas y peladas junto con la sal en un procesador o accesorio picador de batidora (a intervalos de 30 segundos para que no se sobrecaliente). Cuando las avellanas estén molidas a polvo grueso se añade la cucharada de aceite (de sabor lo más neutro posible) para ayudar a que la consistencia sea más grasa y homogénea. Seguir triturando hasta conseguir una pasta ligeramente aceitosa y lo más fina posible.
Derretir el chocolate al baño maría o a intervalos de 30 segundos en el microondas a baja potencia. Verter dentro del triturador, agregar la vainilla y triturar de nuevo hasta que la crema se mezcle por igual.
La pasta estará blanda por efecto del calor del aparato. Guardarla en un bote con tapa y dejar que endurezca brevemente dentro de la nevera o que repose varias horas a temperatura ambiente. Dura hasta dos semanas.

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