Alajú
- barakalberto
- 14 sept 2017
- 2 Min. de lectura

El alajú o alajuz es un dulce con forma de torta típico de Castilla-La Mancha, propio de la provincia de Cuenca. La miel es el principal ingrediente del Alajú. Su invención se la debemos a los árabes; al-hasú – que significa ‘relleno’ – y además de miel, lleva ralladura de limón o naranja, almendras y pan rallado, la pasta resultante se presiona con mucha delicadeza entre dos obleas. En sus orígenes siempre se hacía con nueces, ya que abundaban los nogales en toda la serranía conquense, pero luego se sustituyó la nuez por la almendra, y así se mantiene en la actualidad. El alajú es un precursor de los actuales turrones, y en concreto de la torta imperial.

El alajú arraiga en nuestras tierras a través del tiempo. Hay documentos que lo atestiguan. Así don Enrique de Guzmán, segundo duque de Medina Sidonia, pide que se le mande “proveimiento de alajú”, y su esposa pide el 8 de noviembre de 1489, con motivo de la boda de su hijo don Juan con doña Isabel de Olano, “dos canastos
de alajú que sea muy bueno”.


Ingredientes:
400 gr de miel de romero.
250 gr de almendras marcona sin piel.
200 gr de pan rallado muy fino.
Unas gotas de esencia de naranja.
6 u 8 obleas redondas, de unos 20 cm de diámetro.
Elaboración:

Paso 1.- Reservar unas 15 almendras enteras por cada torta de alajú. Picar el resto de las almendras.
Paso 2.- Poner la miel (Miel de El Colmenar de Valderromero con la D.O "Miel de La Alcarria") al fuego a cocer, e añadir el pan rallado poco a poco, y las almendras picadas.
Paso 3.- Mezclar y dejar cocer un poco, removiendo para que no se pegue.
Paso 4.- Añadir la esencia de naranja al final para evitar que se pierda en la evaporación.


Paso 5.- Una vez apartado del fuego y en cuanto pierda un poco el calor, poner sobre una oblea una parte de la pasta. Extender casi hasta el borde, e incrustar las almendras enteras que reservamos al principio. Poner otra oblea encima, y ayudándonos con un rodillo de cocina presionar poco a poco hasta conseguir un espesor uniforme y que la masa llegue hasta el borde. Tratar las obleas con mimo, son muy delicadas.
Las cantidades son relativas porque esta receta depende de la absorción de ciertos ingredientes. Mi consejo es que la pasta tenga cierto espesor, y que el pan rallado sea muy fino. A mí me gusta mucho más, para esta ocasión, utilizar picos o colines, y rallarlo en casa, queda mucho más rico y suave al paladar.

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